Restaurante El Bote (Desarme 2009)(Tapia De Casariego)(Asturias)

Llevaba ya tiempo con ganas de hacer un post de esta casa, pero un día por otro, al final la casa sin barrer. Local precioso, decorado con mucho gusto, y a todo esto acompaña una limpieza extrema (el día que os escapeís a esta casa, buscad una motita de polvo, no la encontareís). Era una cuenta pendiente que tenía, ya que son innumerables las veces que he salido satisfecho de este local. Dicho esto, vamos al grano amigos.

Como ya es costumbre desde hace años, toca reunión de un grupo de veteranos para celebrar la fiesta del desarme en el restaurante El Bote de Tapia De Casariego (Asturias)(http://www.restauranteelbote.com/).

Puede sonar raro el celebrar esta fiesta gastronómica en Tapia De Casariego (Occidente De Asturias) siendo la misma natural y oriunda de Oviedo, pero lo que aquí hacemos es rendirle un pequeño homenaje, ya que, por circunstancias de la vida y de nuestra clase política, nos pilla un poco a desmano al no estar aún finalizada la autovía (para su vergüenza), después de años y años de falsas promesas.

Empezamos con los tradicionales garbanzos con bacalao y espinacas, es decir, el potaje de vigilia.
Este plato con muchos años de historia y que debemos a la iglesia católica, a mi me encanta (como casi todos los platos de cuchara), a pesar de estar algo olvidado excepto en fechas muy puntuales.
Perfectos de punto, sabor y textura.

Seguimos como no podía ser de otra manera con los callos. A mí es un plato que me apasiona (a pesar de que resulten algo indigestos), ya que nunca hay dos platos de callos iguales. Dependiendo de donde los comas, los probarás con más o menos carne, con/sin chorizo, sin/con garbanzos ...

En este caso los callos estaban terroríficos, esponjosos, picantes en su justa medida y muy gelatinosos, logrando esa agradable sensación de dejarle a uno los labios unidos uno al otro después de cada cucharada. Como se notaba la presencia abundante de manitas de cerdo y una elaboración lenta lenta, como antaño se hacía.

Para rematar el festín, uno de mis postres preferidos, el arroz con leche. Elaborado con el punto de cocción ideal para que los granos de arroz casen perfectamente con la leche (la foto habla por si sola).

Para acompañar y maridar el desarme, no terminabamos de ponernos de acuerdo, y al final nos decantamos (conste que por mayoría simple) por un Pago De Carraovejas Crianza 2006 (http://www.pagodecarraovejas.com/), el cual dió la talla perfectamente. De un color muy vivo con una entrada en boca muy agradable y en nariz (para mí lo mejor del vino) perfecto e intenso.

Rematamos la velada con unos cafetitos y una copita del ya tradicional Pacharán, en este caso tocó Baines Oro ...

Velada gastronómica fantástica, compañía inmejorable, con lo cual ...

... el año que viene repetiremos !!